miércoles, 18 de febrero de 2009

la fórmula del olvido

Cuantas veces he escuchado esta pregunta "¿Cómo hacer para olvidar?", casi siempre se refieren a cuestiones de desamor, a personas que nos han lastimado, abandonado, que se yo, ¿cuántas cosas más se puede adolecer cuando se esta enamorado?

Pero entre todo lo que he meditado, pienso, ¿Es correcto olvidar?

Lo que nos deja cada una de esas experiencias dolorosas, es un aprendizaje acerca de lo que pudimos hacer mal: confiar demasiado, querer ciegamente, querer incondicionalmente, querer obsesivamente, querer por encima de nuestra propia integridad, querer desesperadamente; al grado de aceptar cosas inaceptables, de soportar humillaciones, de conformarse con recibir a veces tan solo lo que a esa persona le sobre o nos quiera dar, o no recibir nada en absoluto.

Todo esto, si se aprende bien la lección, si se llega a encontrar nuevamente el amor propio, nos hará recapacitar , tomar la determinación de no volver a permitir que nuestros sentimientos nos sometan, nos hagan volver a caer en una situación similar.

Entonces, si es verdad que con el tiempo el dolor se aminora hasta que parece que ya no está, ¿para qué querer olvidar? olvidar será arriesgarnos a volver a cometer el mismo error.

Yo no quiero querer igual otra vez, ni me gustaría que me quisieran de esa manera, de algún modo en esa forma que tuvimos de querer algo fallo, esa fórmula no fue la correcta, a pesar de que sentimos que lo dimos todo, pareciera que no fue suficiente; quizá no medir el cariño o no permitir que la sensatez y la razón tomarán un lugar en nuestros sentimientos fue el verdadero error.

Y si fueron deshonestos con nosotros, entonces no vale la pena torturarnos en lo que pudimos o no pudimos hacer. Porque de ningún modo se justifica que se juegue con los sentimientos de los demás, por vanidad, por placer en la crueldad, por diversion, por inmadurez; no hay modo de que eso tenga una disculpa valida. Y mucho menos que pretendan culparnos de su falta de honestidad.

Esas personas necesitaban otra cosa que nosotros no pudimos proporcionarles, tal vez menos devoción y mas percepción de la verdadera dimensión de las cosas. Quizá requerían una persona más apegada a la realidad y menos a la ilusión. Tal vez, simplemente, no eramos lo que necesitaban.

Amar entonces deberá ser, querer de un modo en que nuestra sensatez no permita que se nos lastime de ninguna forma; querer con esa madurez que nos haga interesarnos en comprender y conocer bien a la persona con la que estemos, sus intereses, sus inquietudes, y así mismo que esa persona busque conocernos; que esa persona nos muestre su verdadera apariencia su verdadera esencia, y mostrarle la nuestra también; querer sin mascaras; querer con un cariño que nos de paz, alegría y nos haga sentir que valió la pena ese sufrir, porque aprendimos a buscar algo mejor, porque encontramos una relación de comunicación e igualdad.

Entonces mi consejo es: no busques olvidar, busca aprender, aprender a querer, aprender a dar, aprender a disfrutar de la balanza de la reciprocidad. Porque también quienes nos acostumbramos a dar mucho o todo, sin pedir nada, debemos aprender a recibir, aprender que es justo que se nos de en la medida en que damos, que se nos quiera en la medida en que queremos, que se nos tenga fe y se reconozca todo lo que valemos, aprender a admirar y tener fe en esa persona y sus valores. En resumen disfrutar verdaderamente un amor pegado al suelo.


Hay amor cuan equivocada estaba
No eras tú si no yo la que sola se castigaba
Creía que eras tú ahí palpitando en mi corazón
Y te deje salir pero todo fue una equivocación
Solo es soledad, solo es ilusión y tú no eras tú,
Era yo quien decidió entregarse a una pasión,
Eras solo un fantasma creado en mi interior
Ahora que todo pasó... Sé que todo pasó…
Pero tú…. Tú no

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Mi vida es hermosa por que exístes tuu (Marazulado)... att david

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